lunes, 9 de enero de 2017

LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS CAP.07 - LA PERFECCIÓN


LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS CAP.07 - LA PERFECCIÓN

Breve introducción a las enseñanzas de este capítulo.


Recordemos que es el Tiempo quien materializa todos los cuerpos y los ordena hasta su perfección final.

Todos los cuerpos se originan a partir de una pequeña “semilla”. Todas las semillas encierran en mismas su propia perfección.

Si queremos observar la perfección que encierra cualquier semilla, sólo tenemos que encerrarla en la oscuridad de la tierra y esperar a que el Tiempo nos muestre el desarrollo de la semilla, su materialización en el espacio, paso a paso, hasta su perfección final.

La labor del Tiempo, en la semilla, en nuestro propio cuerpo o en el cuerpo Universal es mostrarnos paso a paso el desarrollo de la Perfección.

La Perfección no es un suceso espontáneo, requiere un tiempo de gestación. Hasta que el tiempo de gestación no concluye, la Perfección no resulta, Evidente”.

Si no conociéramos el tiempo de gestación de un feto dentro del vientre materno, a la hora de verlo nacer, nos parecería que su cuerpo perfecto se ha formado espontáneamente, no sospecharíamos el origen de tal perfección, no conoceríamos su desarrollo paso a paso, su materialización en un espacio a partir del óvulo fecundado. No conoceríamos “Su tiempo de gestación”.

Ahora bien, la velocidad del Tiempo no es igual para todos, dentro del Universo. El Tiempo es tan relativo que cada cuerpo tiene un tiempo propio, una velocidad propia, para alcanzar la perfección final.

Una vez que entendemos que la Perfección en el espacio es un proceso que requiere un tiempo, podemos preguntarnos:


¿Cuánto tiempo necesita aún el Universo para mostrarnos su perfección final?


¿Cuánto tiempo necesitan las especies para mostrarnos la suya?


¿Cuánto tiempo necesita la Especie Humana para ver
su propia perfección final en esta Tercera Dimensión?


Si tan sólo creemos en lo que podemos ver, nos veremos engañados por las apariencias. Nada parece tener sentido en este mundo tridimensional. Todos los cuerpos nacen crecen y mueren. Nadie parece sacar provecho de este proceso.

Desde las partículas a las Galaxias, finalmente, todos los cuerpos terminan muriendo, mientras va engordando el Espacio, mostrándonos paso a paso su desarrollo, su materialización, acercándonos a su orden final, su total Perfección.

Nuestras vidas parecen carentes de sentido cuando nuestro cuerpo es pasto de la tierra y damos por perdida nuestra memoria del tiempo, nuestra Sabiduría adquirida y nuestra identidad s perfeccionada. Pero las cosas no son como parecen, porque la Voluntad, invisible, intangible, como nuestra memoria, no muere cuando el cuerpo muere.

Para la Voluntad que va guardando nuestra memoria, nuestra experiencia, nuestra verdadera identidad, la Vida y la Muerte son tan lo un camino para alcanzar su Perfección.

A lo largo de muchas vidas la Voluntad va sumando experiencia en su memoria y con ella va alimentando el desarrollo de un cuerpo eléctrico, un cuerpo tan invisible como el propio Tiempo, un cuerpo de luz  y color.

Este cuerpo luminoso es el Alma humana. Representa la perfección final del cuerpo humano en el Espacio, representa su sublimación, el final de su tiempo de gestación para nacer desde la tercera a la Cuarta Dimensión.


En el séptimo capítulo, desde la página 61 a la 70, el autor nos va ampliando el significado de la Perfección con mayúscula, la perfección Universal y con ello nos va aclarando el camino hacia nuestra propia perfección inmortal.



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