sábado, 1 de noviembre de 2014

EL ESCRIBA - ÉNFASIS



La Humanidad debe ser informada de que va a vivir un Tiempo Extraordinario y no se está preparando para afrontarlo.

Algo inimaginable por la propia Humanidad se nos acerca por el Tiempo.

Para resumirlo, no estamos ante una crisis económica mundial con efectos pasajeros. Esto es un sueño, un deseo que no se corresponde con la Realidad.

El hecho de que la Ciencia todavía no conozca la naturaleza del Tiempo, la Realidad que es el Tiempo, La Cuarta Dimensión, hará que todo resulte más difícil.

La Humanidad no debe gastar sus últimas energías para intentar recuperar la fantasía política del Estado de Bienestar.

Tal cosa no será posible, lo iremos perdiendo todo cada vez a mayor velocidad.

Intentar recuperarlo será inútil y nos dejará sin fuerzas para enfrentarnos al verdadero problema.

¡SOBREVIVIR COMO HUMANIDAD!

La cuestión a reflexionar es que la Razón Humana no podrá sobrevivir si no se pone detrás de la Voluntad. El porqué de esta cuestión ya está razonado anteriormente y sólo falta estudiarlo.

Quienes no lo han hecho aún que se apresuren. Pero que conste que no he dicho leer, he dicho estudiar.

Para entender los sucesos que llegan por el Tiempo hay que entender antes la Realidad que es el Universo y esto también resulta necesario para entender la Realidad que somos nosotros mismos y la Realidad de todas las cosas.

Estad atentos:

La energía que aún guarda el Planeta la necesita para sus propios procesos vitales.

La riqueza que aún conserva La Tierra, su riqueza Natural, Eléctrica, Viva, no es para la Humanidad.

La fuerza que la Humanidad ha tomado hasta ahora de la Naturaleza, de la Madre Terrenal, tendrá que aprender a sacarla de su Voluntad.

No de la Voluntad de la Madre Terrenal sino de la Voluntad de la Humanidad.

Los que ya tienen cierta idea de lo que es el Tiempo son los únicos que comprenderán el alcance de lo que escribo:

El Tiempo de la siembra se ha terminado. La Humanidad ya no puede seguir huyendo hacia delante, ya no queda Espacio para huir.

La Humanidad ya no se verá libre para continuar con su derroche Electromagnético, su derroche de Tiempo.

El Tiempo que nos queda, de futuro, ya no es Tiempo de siembra libre, sino de cosecha obligatoria.

Vivimos Tiempos de Ruina y Desorden que nos serán familiares porque los ha causado la propia Humanidad y nosotros mismos.

Si entendemos la Ley de Causa y Efecto, entenderemos que hay un Tiempo para la Causa y otro para el Efecto.

Como hay un tiempo para la siembra y otro para la cosecha.

Para no estar del todo desprevenidos, la Humanidad debe saber que la Expansión del Universo se está acelerando a la velocidad que se van a ir acelerando las dificultades para la Humanidad.

También será necesario advertir para prevenir del peligro de una mayor división en la Humanidad, entre la Razón y la Voluntad, esto es, entre los que quieren seguir disfrutando privilegios y los que ya no puede soportar mayor carga.

Si no entendemos lo que sucede, por qué y para qué sucede, no sabremos cómo reaccionar.

El Tiempo dado, está sobrepasado y la Humanidad no tiene suficiente orden Eléctrico.  No tiene suficiente Amor ni suficiente Sabiduría, pero lo que más le falta ahora es Sabiduría.

Si la Humanidad no toma Conciencia de su Unidad, se romperá en mil pedazos antes de nacer.

Comprended los más adelantados que como un niño no puede nacer a este mundo con todos sus órganos separados, enfrentados. Tampoco puede nacer la Humanidad, la Especie Humana, si no llega como una sola Unidad, un Solo Cuerpo, a la Cuarta Dimensión.




ENTREVISTAS A "EL ESCRIBA" en PDF


Basta con "pinchar" en el título correspondiente.


domingo, 28 de septiembre de 2014

EL DIARIO DEL ESCRIBA (Extractos II)


Extractos de EL DIARIO DEL ESCRIBA

Episodio 4

Los Primeros Aprendices”.


Págs. 334 a 339 del Libro original impreso
Págs. 377 a 283 del PDF

http://es.scribd.com/doc/114677577/El-Diario-Del-Escriba



http://www.lacuartadimensiondelescriba.com/images/artesania.jpg



No le gusta repetir la misma cosa al Escriba sino recrearla para mejorarla continuamente. Es ilimitado en su acción recreativa y resulta genial aprovechando la escasez de medios. Si en lugar de trabajar en tantas direcciones, lo hiciera en una sola, el pueblo habría reconocido su genio, como yo; pero obrando como lo hace, aparece como un hombre normal.

Pues no es sólo entre chatarra y vigas viejas o trabajando en el taller, donde puede verse al Escriba. No sólo hace regalos que yo me limito a exponer en la tienda, porque, ciertamente, tal como me dijo, llegan turistas de diferentes países, con diferentes monedas, y gustosamente las cambian por la "moneda internacional" del Escriba, que son los frutos de su sudor y su saber hacer, su energía y su tiempo. También me ofrece frutos de la tierra: patatas, tomates, pepinos, berenjenas, ajos, cebollas, lechugas, escarolas, brécol, colinabos, espárragos, fresas, moras, pimientos, sandías, melones, maíz, girasoles  y  un  sin  fin  que promete  su  tarea  en  esta  otra dirección. Va conquistando un trozo de tierra cada año, agrandando el huerto. En el último año he cosechado productos por toneladas, y siguiendo su consejo no he vendido ni un tomate. Porque en el tiempo de cosecha, todos los que nos visitan, se han llevado su bolsa llena.

Alimenta también la tierra, su fertilidad, recreando en ella las mejores condiciones para el cultivo.

En todos estos años, no sólo se ha ejercitado en el taller, la tienda o la producción. Igual que le he visto sacar la mayor rentabilidad de una vieja viga de madera, he comprobado que hace lo mismo con todo lo que llega a sus manos. Quiere que aprendamos a mirar en todas las cosas, además de lo que son, lo que pueden llegar a ser, si les damos nuestra energía y nuestro tiempo. El Escriba hace suyos todos los problemas que  detecta a su alrededor y aunque  no  sepa  nada  del  tema  al  principio, lo  observa, lo  estudia, recaba información y aborda la solución, perseverando en sus intentos, perfeccionándose en cada intento hasta dar  con la solución o el saber hacer que necesite. Me va enseñando lo que va aprendiendo, un paso por delante de mí; es como un abrecaminos.

Para ilustrarlo no hay más que observar sus respuestas en estos años, a diferentes cuestiones que le he planteado relacionadas con la conquista de mi propia seguridad y libertad; haciéndome ver, que a todas las cosas podemos servir y de todas podemos servirnos, dándoles nuestra propia energía-tiempo, nuestra atención y saber hacer,  nuestro amor y sabiduría. Él me va llenando en mi necesidad en la medida que aprendo a vaciarme en la necesidad del prójimo, en su necesidad de tener o de saber. Como un hermano mayor me da y me enseña para que yo haga igual con mis hermanos menores. Y no me refiero tan sólo a la edad de sus cuerpos, también de sus almas.

"No te comprendo, le decía yo, ¡el dinero se hace cada día más necesario para vivir y sin embargo no dejas de decirme que no obre por dinero si quiero ser más libre!

Todo está cada día más caro, pero el trigo que en abundancia producen mis tierras se paga tan barato que no puedo librarlas de la sobreexplotación y el empobrecimiento paulatino, ¿cómo vamos a poder vivir sin dinero?".

El dinero, "me contestó", sólo se le hará cada día más necesario a los más confiados a la seguridad, que no hacen nada por ejercitarse en el saber hacer. Si pagan poco por el trigo, no sembréis tanto trigo, para darle un mejor uso a la cosecha. Te lo mostraré con un ejemplo práctico si me traes arcilla de la tejera.

Me sorprendió su respuesta y me apresuré a traerle la arcilla de hacer ladrillos y los ladrillos que necesitaba. Con ello me construyó un horno pequeño de pan y con un viejo molino de cereales y un saco de trigo, me enseñó a moler el trigo, amasar un poco de harina y observar cómo se transforma en levadura con sólo dejar la masa a la acción del tiempo, para tener mi propia levadura y hacer mi propio pan. Haciéndolo él, cada día, para despertarme la necesidad de hacerlo por mí misma, al ver como disfrutaba amasando con sus manos, dando toda clase de formas a los panes y lo rico que es el pan recién horneado, hecho por una misma. ¡Un verdadero placer! Luego llegaron las pizzas, las tartas, las galletitas, abriéndome los ojos ante las infinitas posibilidades del trigo que dan estas tierras. Hasta hacer mi propia masa para pastas y empanadas con sólo mezclar la masa con huevo y cortarla a mi capricho.

Allí donde viva el Escriba puede faltar de todo menos un horno. Durante los inviernos, aprovecha el fuego de la chimenea para hacer pan y animar a todos a tener su horno y hacer su pan.

En estos años también he compartido mesa y mantel con el Escriba, en familia, comiendo los guisos que prepara la madre, Josefina, sin ingredientes animales, claro, pero más que los guisos él prefiere los crudos, frutas, frutos secos, semillas germinadas y productos del huerto. También le he visto muchas veces tostar granos de trigo, los pone en una sartén al fuego, el tiempo justo para que los granos se abran dando pequeños saltos, añade unas cucharadas de agua salada, los mueve mientras el agua se evapora y los saca sabrosos y crujientes. Es su plato favorito y se lo lleva en el bolsillo si tiene que viajar.

Considera sagrado el fuego de su hogar, y mantiene con él una especie de relación, de respeto, de amistad. Nos tiene terminantemente prohibido quemar comida, semillas y plásticos, dice que la comida hay que dársela a quien le sirva de alimento. Las semillas tienen que cumplir su destino en la tierra y ofendemos  al poder del fuego dándole aquello que al quemarse envenena la atmósfera de la Madre Terrenal.

Hasta de las cenizas saca utilidad, rica en minerales, con un PH muy alcalino, la incorpora a la tierra después de dejar que los gatos la usen para hacer en ella sus necesidades y bajar su alcalinidad; usándola para mejorar la riqueza mineral del compost orgánico que hace para la tierra, con restos de comida, materia orgánica, estiércol de animales, hierbas secas, paja o serrín, según lo que tenga más a mano. El Escriba no tira basura porque todo lo recicla y lo que no sabe reciclar, como el plástico, no lo compra. Me enseñó con un saco de trigo que el valor de un kilo de trigo podía ser de veinticinco pesetas, pero dándole mi energía y mi tiempo podía multiplicar cien veces su valor.

Y añadía, para abrirme más los ojos, no es la tierra quien sube los precios de sus frutos; no es por su causa que el dinero se haga necesario, las gallinas cobraban hace mil años por poner un huevo lo mismo que hoy, igual con la leche de cabras, ovejas y vacas, no es por su culpa que todo es más caro cada año; es todo por causa de la Seguridad, al darle al dinero que fabrica sin sudar ni una gota, un valor falso que nada tiene que ver con la realidad, ni con el sudor, ni con el saber de quienes pagan impuestos por su saber hacer. También es culpa de los que venden por dinero su saber  hacer, buscando la protección y la complicidad de la Seguridad, para mantener en la ignorancia a los que no saben, enseñándoles a conseguir las cosas apretando botones y a pagar con dinero cada vez que aprietan un botón, haciéndolos dependientes del dinero y obedientes a la llamada del dinero.

En otra ocasión, estudiaba yo las posibilidades de mis tierras para mantener un rebaño de ovejas y cabras en cierta libertad. ¿Cómo puedo obtener rentabilidad real de un rebaño si pagan muy poco por la leche y la lana, cuando tú dices que la Ley prohíbe matar los animales y vender su carne?

"Y  así  es",  me  contestó,  "robando  y  matando,  estarás  haciendo  uso  de  tu  libre albedrío y estarás endeudando tu alma a los ojos de la Ley. También depende de tu saber hacer el valor de un litro de leche y te mostraré un ejemplo si cada día me traes leche recién ordeñada de tu amigo el pastor". Durante unos tres meses le llevé la leche al Escriba y él fabricó unos moldes de diversos tamaños y formas, me enseñó a cuajar la leche con un suave calor, poniéndola en un recipiente sobre el radiador a media temperatura, durante unas horas, después de fermentarla naturalmente, para asegurar su  salubridad, con un hongo fermentador de leche que guardaba deshidratado en un tarro de cristal y que una vez que lo vi rehidratado en la leche, era ese famoso hongo del Cáucaso que llaman Kefir. Me desarrolló una gama de quesos variada, en formas, tamaños y sabores; tan originales, tan ricos y tan digestivos, que Don Casimiro, experto catador y el propio pastor que me vendía la leche se deshicieron en elogios al catarlos, frescos,  semicurados y curados. Me enseñó a hacer queso hasta sin moldes, con una simple gasa  para  separar el suero de la leche cuajada, bien apretado  y escurrido el cuajo, se puede untar sobre pan, y puesto a secar se convierte en queso, una fuente de proteínas para todo el año. Es sencillo, resulta divertido y es un gozo comer tu propio queso en el punto exacto de maduración que prefieres. De nuevo, me hizo observar el Escriba, que el queso que yo compraba por 5.000 Ptas. eran en realidad unos litros de leche que la oveja da gratis por dejarla pastar en el campo. Si sabes hacer, me decía, tendrás todo el año, queso, cuajada, yogur, mantequilla y nata, además, puedes usar el suero para alimentar a los animales o como un buen activador de compost.

Ya puestos, le pedí que me enseñara a hacer vino, porque también dan buenas uvas estas tierras y me hizo comprar una pequeña prensa de uvas, (entonces no tenía tiempo de fabricarla con piezas de la chatarra); pero me enseñó que el vino se hace solo, como la levadura y el queso, tan sólo dejando tranquilo el zumo de la uva recién exprimido para su fermentación. Es un proceso del todo natural y que sólo necesita tiempo para convertir el azúcar en alcohol; a mayor dulzura de la uva, con más grado se hace el vino.

"También bastan unos pocos olivos, que crecen nuevos plantando una rama de otro más viejo, para tener aceitunas gratis; con una pequeña prensa de aceitunas, que se puede comprar o hacer fácilmente, para aplastarlas y sacar su zumo, ayudándose de agua  caliente para separar mejor el aceite, como se hacía antaño, o con los procedimientos más modernos que se enseñan en los libros.

También resulta fácil hacer un destilador y obtener alcohol de los productos del huerto, no hay límites para el SABER HACER".

"Para disponer de pan, queso, vino, aceite... no hace falta dinero, sólo un poco de tierra, semillas, saber hacer y unas pocas ovejas. Aprende a hacer las cosas que necesites y aprovecha siempre, toda ocasión que se presente de aprender algo nuevo, porque el saber no ocupa lugar pero ocupa tiempo. Aprovecha pues el tiempo para saber hacer, y así, lo ganarás adelantando mucho tiempo en la Eternidad".

En otra ocasión, me daba miedo usar el tractor porque te pueden cobrar una fortuna por repararlo o por cambiarle las ruedas; hay que ser millonario para comprar uno  nuevo  y reparar los viejos resulta de lo más ruinoso, pero necesito el tractor para arar en  profundidad y oxigenar bien la tierra de siembra.

"No necesitas tractor para oxigenar unas pocas hectáreas y menos si es un pequeño huerto, tan sólo tienes que dejar hacer ese trabajo a quien puede hacértelo gratis, a la vez que te abona la tierra y te lo mostraré si me traes unos cientos de lombrices de tierra".

Conseguí de un amigo lombricultor unos cientos de ejemplares de lombriz roja californiana, y estudió sus costumbres en un criadero de lombrices que construyó en el taller. Una simple caja grande de chapa galvanizada con una rejilla de alambre para separarla en dos mitades y que puedan pasar las lombrices de un lado a otro, según donde les pones la comida. Pasó unas semanas dándoles a probar diferentes comidas, hasta que encontró una que le daba poder para dirigirlas. Siendo ciegas y sensibles al sol, que puede matarlas en minutos, no son fáciles de convencer para separarse del humus en que transforman lo que comen, a la hora de vaciarlo, entonces llenaba de comida fresca la otra mitad de la caja y en dos o tres días se habían cambiado de lugar, dejando sólo los  huevos y el humus para recogerlo y enriquecer los bancales del huerto.

Poco a poco, se fueron multiplicando las lombrices, de cientos en miles, y en la actualidad, dispongo de una tonelada de humus y miles de huevos cada mes, que nacen ya en el huerto y cavan galerías más profundas que el arado del tractor y no hay peligro de averías.

La comida que las hace obedientes, me enseñó a hacerla el Escriba mezclando serrín, paja, o hierba seca, con posos de café, en un montón  húmedo, dejándolo fermentar hasta que se enfríe, al cabo de un mes o dos. A cambio de esta poca basura, tengo humus de la mejor calidad y unos obreros que abonan, aran y oxigenan la tierra de siembra, y no han de pasar la inspección técnica de  vehículos.

He visto al Escriba ensayar muchos tipos de compost para las lombrices del criadero y para enriquecer la tierra del huerto, hasta conseguir la maestría que sólo puede dar la práctica y la observación. Pero me lo explicó muy sencillo: no sólo puedes obtener de los restos de comida, estiércol y pajas secas, alimento para tus lombrices trabajadoras, (que jamás comerán una raíz del cultivo porque sólo comen materia orgánica fermentada), además, de compost para macetas y semilleros. La hierba seca es rica en carbono y la verde es rica en nitrógeno. El montón de compost se hace mezclando diez o quince partes de carbono, con una de nitrógeno, pero variando estas proporciones, se obtiene al final de la fermentación un compost de PH más ácido o alcalino según la utilidad que quieras darle.

Te mostraré un ejemplo de la importancia del pH., cuando observes que hasta de la fermentación de un montón de basura puedes obtener ventajas insospechadas.

Si miras el montón con la lente de un microscopio, verás pequeños animales trabajando, digiriendo los materiales, comiéndose el montón, comiéndose las células que forman  la materia orgánica y al comerlas liberan parte de la energía que contienen, que es amor, en forma de calor. Tanto como para elevar en pleno invierno la temperatura de un invernadero. Esta energía en forma de calor, puedes conseguirla en forma de gas metano, si encierras el montón para su fermentación en un recipiente hermético donde no entre oxígeno. Con este gas puedes cocinar o mover un generador de corriente eléctrica a vapor.

El Escriba me mostraba que no hay nada difícil, que todo parece difícil cuando no se sabe y todo resulta sencillo cuando se sabe hacer, y no hay mejor forma de aprender, que haciendo, perfeccionándonos en cada intento. Me enseñaba que la Libertad es una conquista al alcance de todos y me lo demostraba al hacerme ver que es más placentero hacer las cosas por ti misma que trabajar por dinero para comprarlas.

Me pidió una seta del campo para enseñarme la utilidad del pH en el compost y encontré varias, eligió una que crecía sobre un viejo tronco de chopo en la alameda al reconocerla comestible.

Hay miles de esporas en el aire, me decía, de miles de especies de hongos diferentes, buscando un lugar con un pH que sea de su agrado para desarrollarse y dar sus frutos, como son las setas. Tomó unas laminillas de debajo del sombrero de la seta y las puso en un tarro de cristal con granos de trigo semihervidos, sin que lleguen a romperse y bien escurridos, con un poco de polvo de tiza para hacer más alcalino el PH del trigo, y a los pocos días pude ver que las esporas, que sueltan a millones las setas por las laminillas, desarrollaban un micelio blanco sobre los granos de trigo hasta cubrirlos por completo. Estos granos los metía en paja bien apretada, que había tenido unos días sumergida en agua con una pequeña cantidad de estiércol de ave, que es rico en nitrógeno, para hacer  más ácido el pH de la paja, bien escurrida y sólo húmeda, no mojada, a la hora de sembrar en ella el micelio sobre los granos, lo tapó para mantener la humedad y el micelio de los granos invadió la paja hasta cubrirla por completo, antes de empezar a aparecer setas y más setas, de una paca de paja.

"Sabiendo regular el pH en un montón de basura, tendrás a tu disposición el trabajo de hongos que producen setas diferentes para comer frescas, o secarlas a la sombra, para comer a lo largo del año. Y sobre todo, entenderás la importancia que tiene para tu salud, mantener el PH de tu sangre, en equilibrio, pues los alimentos que ingerimos no son neutros, sino que o bien son ácidos, como el queso, los huevos, la harina y el azúcar refinados, los pasteles, el café, tabaco, dulces, pastas... o bien son alcalinos, como las verduras frescas del huerto, las uvas, los higos, las ciruelas, los germinados, los frutos secos... El desequilibrio en la sangre es causa segura de enfermedades si no se corrige, y es bien fácil de corregir si nos fijamos en lo que comemos".

Creo que el Escriba no ha aprendido a hacer un telar, para hacer su ropa, porque le sobra con la que le dan sus hermanos después de usarla, pero yo, desde luego, ya estudio la forma de conseguirme uno. Porque ya no me parece imposible ser autosuficiente para ser más libre, viviendo en armonía con la Madre Terrenal hasta el final del tiempo.  Aprendiendo  para poder  enseñar, ejercitando  mi  saber  hacer,  entregando  mi  energía  y mi tiempo para enriquecer mi entorno y todos sus habitantes, desde las pequeñas criaturas que habitan la Tierra, hasta el prójimo. Así es como el Escriba desarrolla su amor y su saber, la fuerza y el poder de su alma.

Para ver confirmado que la clave del desarrollo verdadero es la entrega desinteresada, y que la fuerza y el poder están en el alma, sólo hay que darle al Escriba unas hojas de papel, un lápiz y goma de borrar, para ver que sin escribir sobre sí mismo, ni sobre lo que puede aprenderse leyendo otros libros, es capaz de escribir un libro que enseña a la razón del lector a descubrirse a sí misma ante su propia alma. Un libro que entrega a la  razón  la mayor sabiduría, ayudándola a desvelar lo que por sí misma no puede lograr, un libro que tiende un puente a la razón, para que sea la razón misma quien pueda comprender, que su razón de ser no es la muerte.

Este libro incomparable, a mi juicio y al de los lectores que lo han estudiado, titulado por el Escriba "La Cuarta Dimensión", me lo entregó  manuscrito de su puño y letra para  el Editor, como el frutal entrega otra de sus frutas, dándote en ella, su amor y su saber con el mayor desinterés.

 




lunes, 23 de junio de 2014

EL DIARIO DEL ESCRIBA (Extractos)


Extractos de EL DIARIO DEL ESCRIBA


Capítulo 4 – Episodio 3

Una Empresa desde la Basura”.




Me interesaba saber por qué el Escriba no se interesaba por el dinero porque aún sin tener taller, se las ingeniaba para hacer regalos en una habitación con unas pocas herramientas, y podía perfectamente vivir de su trabajo, haciendo regalos del todo originales y vendiéndolos por dinero, como hacen los artistas.

¿Por qué no quieres cobrar dinero, si con ello puedes comprar las estructuras que estás haciendo, ya hechas a la medida y aún más, pagar obreros para que te construyan el taller?

¿No estarías tú, haciendo, lo que tan bien sabes hacer, ganando con ello dinero, mientras los obreros, haciendo también su oficio, estarían también ganando dinero?

¡Seguro que sí! exclamó con rapidez. Así todos estaríamos ganando dinero y llegaríamos a ser el doble de ricos para comprar más servicios y hacer más ricos a todos.

Este es el mismo cuento del cobrador de impuestos, que siempre llena su boca con la palabra "todos", cuando en realidad quiere decir unos pocos.

En este caso, quiere decir que haremos más ricos a los que saben hacer algo, a los que tienen algo que ofrecer porque a los que nada saben y nada tienen, no podemos comprarles nada, no podemos hacerlos más ricos, ni más sabios. De modo que los condenamos a vivir de las limosnas, de lo que puedan robar, o a ofrecerse y venderse a si mismos, como si fueran ellos un objeto o una obra, fabricada por los ricos, pues para los ricos se ven obligados a hacer cosas, que sólo la necesidad verdadera puede obligar a hacer a cualquier hombre o a cualquier mujer.

Esto no es servir al hermano menor, esto no es lo conforme con la Ley del Amor y el Orden del Saber. Esto es tan abominable como mantener en la mayor ignorancia a nuestros hermanos más pequeños, para esclavizarlos, prostituirlos, comprarlos y venderlos como marionetas construidas por la mano del hombre, sin voluntad propia, que han de aprender a servir nuestra voluntad para poder vivir, para que puedan sus hijos vivir, para que puedan servirnos el día de mañana y no se acabe nunca esta vida tan buena, que nos damos todos "los ricos", dando de cuando en cuando una limosna al pobre, para mantenerlo, así,

¡Siempre Pobre!

Estos pocos ricos, que se les llena la boca hablando de "todos", cuando en realidad sólo hablan de sí mismos, no son ricos en absoluto, aunque puedan comprar con su dinero la voluntad de todos los pobres, porque de seguro, con su dinero, no podrán comprar su libertad. Tan sólo podrán disfrutar lo que no les corresponde, durante cierto tiempo, pues a los ojos de la Ley aparecen como malvados, además de ladrones, y la maldad no pondrá sus pies en la Eternidad.

Por tanto, no es tan buena idea que me dedique a hacer obras, para venderlas por dinero y aumentar el producto interior bruto del país o de la Humanidad, porque ésta sólo es la verdad que alimenta a los ricos, y la imponen los siete u ocho más poderosos, manteniéndose ellos bien lustrosos por fuera y bien atiborrados por dentro, mientras hacen cábalas fumando un buen puro, para repartir las justas limosnas y mantener a la pobreza en permanente acto de servicio.

Para colmar tal situación, del todo innombrable, los ricos, teniéndose por los más educados y los más listos, poseedores de la voluntad a la que han de servir sin más, los más pobres, resulta que son esclavos de sus propias mentes, siempre ávidas e insaciables de mayor poder, mayor seguridad y mayor placer.

¿No estaríamos mejor, si yo les enseño mi oficio y ellos a mí el suyo? Así, además de conocer su oficio, con el que pueden pagar su cierta libertad, conocerían también mi oficio y yo el suyo, y todos seríamos el doble de libres.

La Humanidad se enriquecería con sus contactos, haciéndose más rica en verdad, en Amor y Saber hacer. Cosa que jamás puede ser, si sólo obramos por dinero.

Con dinero, puedes comprar todas las obras que hacen los que saben hacer algo por sí mismos, o agrupados en empresas que saben hacer algo entre todos ellos, puedes comprar todas las cosas que hacen la vida más fácil, más cómoda, más interesante y divertida, más libre. Pero si no sabes hacer esas cosas por ti mismo, no estarás disfrutando de tu propia libertad sino que estarás alquilando cierta libertad por un tiempo. De modo que no es cierto que el dinero pueda comprar la libertad, pero sí es cierto que puede alquilarla por cierto tiempo.

Puedes pagar la libertad que ofrecen los hombres libres por saber hacer algo, pagando por lo que saben hacer, pero, ni aún pudiendo pagar las obras de todos los artistas, ganarías ni una pizca de la Libertad que les d.C., su propio SABER HACER.

Quieres decir que la libertad es ¡el saber hacer!, que más libre que el que puede comprar, es ¡el que puede hacer! Contesté al Escriba, convencida de que había entendido bien.

¡Exacto! exclamó. ¡Eso quiere decir!, que más importante que el dinero, es el saber hacer y que no es dinero lo que sacará al pobre de la pobreza sino su saber hacer y no puede aprender, porque no se le permite ser libre en su propia voluntad. Como ha de verse cualquier semilla para desarrollarse y hacer sus frutos propios.

De modo que, con dinero, puedes comprar las obras de otro, pero con ellas no compras su libertad, la libertad que proporciona "su saber hacer", al obrero. El Saber Hacer no es una ilusión temporal, como todo cuanto el dinero puede comprar. El Saber Hacer es el poder creador del Alma, nuestro propio poder creador, que no se puede comprar con dinero ni te puede tocar en la lotería ni se puede falsificar ni robar. Pues es el resultado de un ejercicio de atención y de dominio de la voluntad.

Como el ejercicio que desarrolla los músculos, y del cual obtenemos mayor potencia muscular, esta potencia ganada, podemos alquilarla, pero no podemos venderla ni comprarla para disponer de ella en nuestros propios músculos. No seremos ni un pelo más fuertes ni más listos pagando por disfrutar la fuerza y el saber propios del prójimo.

Esto no puede comprarlo el dinero, esto sólo puede lograrlo la voluntad que se somete al aprendizaje, al ejercicio, para dominar tal o cual nuevo saber, tal o cual nuevo poder, dando un paso en el saber y otro en la práctica de ese saber, porque sólo la práctica convierte el Saber en Poder.

Caminando, así, a cada paso aumentará tu saber y a cada paso aumentará tu poder, ¡Tu Saber Hacer!, Así no darás vueltas, cada vez más pobres, sino que lograrás avanzar en la Verdad del Amor y el Saber, de la Fuerza y el Poder, pues a cada paso te verás más fuerte y más poderosa, más segura y más libre.

No es por casualidad que el Camino que ha de recorrer el Alma se llama el camino de la Fuerza y el Poder, del Amor y del Saber.

Ni es casualidad que he advertido a la Seguridad que tiene los días contados y sólo está, ya, disfrutando de un plazo para rectificar, para dejar libres a los más pequeños, a los hijos más pobres de la Humanidad. A todos doy la ocasión de vaciarse de su Amor y su Saber en los que no pueden tener y en los que no pueden saber. A todos doy la ocasión de renunciar a seguir con el abuso que practica el mayor sobre el menor, antes de que yo rompa sus cadenas librándoles de la ignorancia impuesta, para que sean libres y dueños de su voluntad, para que puedan ejercitarse en dar Amor y Saber, conquistando así, su propia Seguridad y su propia Libertad. Porque todo cuanto necesitan saber, para ser libres y acrecentar su libertad, está guardado para ellos en la tinta de mi pluma, si no les es entregado por la propia voluntad de sus mayores.

Pues escrito está, que si no dais, no recibiréis y como ya se acerca la hora del recibir, sólo queda un corto plazo para que podáis dar. Porque después, como está escrito, así será.

Vendiendo nuestras obras por dinero, sólo saca algo en claro el cobrador de impuestos y los que saben hacer algo, pero los hijos de la Humanidad ni pueden ponerse en pie, para aprender a caminar, como ha de caminar el ser humano, por Suprema Voluntad, un pasito hacia la fuerza y otro pasito hacia el saber, como se ha de caminar para avanzar en la Eternidad. Como aquí se aprende a mover primero una pierna, y sobre ese apoyo, poder avanzar con la otra.

Comprándolo todo hecho, no ganarás ni pizca de Libertad, porque sólo el Saber Hacerlo, te hará Libre en verdad. Libre para disfrutarlo cuando te venga en gana o en necesidad. Cosa que no podrá darte el dinero, porque tan fácil como llega a las manos, se va.

No trabajo pues, para ganar dinero, sino para aprender, para saber el funcionamiento de todas las cosas que necesito o necesitan los demás, para aprender a hacerlas por mí mismo y aumentar mi poder creador, para poder enseñarlas a la necesidad y aumentar mi Amor, mi propia fuerza creadora. Pues el orden aprendido, ha de recibirlo el Amor, y sólo con paciencia que es más Amor, ha de serle entregado el Saber al Amor, para que pueda convertir nuestro mayor saber, en su mayor seguridad, y sea para todos, la mayor Seguridad y la mayor Libertad.

El Saber Hacer exige ser Virtuoso y la Mayor Perfección exige la Mayor Virtud.

El Alma luce más o menos, según su mayor entrega de Amor, de protección, de seguridad. A mayor luz, mayor es la admiración que sienten por ella las demás almas, como en este mundo se admira la fuerza de los más fuertes. Pero la luz no es la belleza del Alma, la belleza del Alma es su color y las Virtudes son los Colores del Alma.

De modo que en la Eternidad, el alma más admirada por su fuerza, es la que tiene más luces y el alma más admirada por su belleza, es la que tiene más colores. La que tiene más luces allí, es como la que tiene más músculos aquí y la que más colores tiene allí, es la que más sabe hacer aquí.

En la Eternidad, el color ordena a la luz, es decir que, quien tiene más luz y más color en su alma, ordena al que tiene menos. Esto no es para abusar de él sino todo lo contrario para poder enseñarle y para ello ha de ser obedecido.

Por ello, la obediencia sólo puede ser para el Maestro, que ha de darnos su Amor y su Saber, como ordena la Ley y el Orden de la Ley.

En la Eternidad, cada ser humano tiene su propio lugar, detrás de quien tiene más luz y color y delante del que tiene menos.
Para recibir del hermano mayor, "el Maestro". Para dar al hermano menor, "el Alumno".
Así, todos son alumnos del mayor y maestros del menor, todos son maestros y todos son alumnos, todos los hermanos aprenden de todos, en la Gran Familia de Dios.

Todos aprenden para poder enseñar y todos enseñan para poder aprender. Todos se llenan para poderse vaciar.

Así me verás actuar, pues no me interesa el dinero ni la falsa libertad que puede pagar; me interesa más acumular saber hacer, que dinero; me interesa acrecentar mi Poder Creador y mi Energía Creadora, para poder recrear según mi voluntad y según la necesidad de mis hermanos más pequeños.

Lo que hice, fue servir a La Ley y al Orden de La Ley, entregando mi amor y mi saber, a mi obra, para ponerla al servicio de mis hermanos. Hice mis frutos para el mayor bien de todos antes que para el mío propio.

No sólo he renunciado a darle mis consejos, por su propio bien, a la Seguridad, porque los desprecia, para dárselos sólo a la Libertad. Tampoco trabajaré por dinero, más allá del justo para vivir, mientras aprendo a sembrar lo que me veo obligado a pagar con dinero, para no engordar aún más a la Seguridad, con mis impuestos, vendiendo mis obras por dinero. Las ofreceré como el frutal me ofrece sus frutos, en pago por su tributo a la Libertad.

No trabajaré más para enriquecer a la Seguridad, sólo a la Libertad, que ha de saber levantarse cuando se vea libre del peso de la seguridad y ha de aprender a caminar, erguida, como es su nobleza, pues camina encorvada por tanto pesar y tanto reverenciar el orgullo y la vanidad.

No necesito dinero para levantarme tras el derribo de mi obra, que era mi libertad. No será con dinero como podrá levantarse La Libertad tras el GRAN DERRUMBE que va a sufrir la Humanidad. Sólo el saber hacer le permitirá levantarse, con sus propias fuerzas. Sólo la Sabiduría y el Amor.

Utilizo materiales de derribo y desechos metálicos, porque estas serán las materias primas con que podrá contar la Libertad para ponerse en pie, cuando se vea libre, al fin, del peso insoportable de la Seguridad.

Entonces ya habrá aceptado la Seguridad poner sus pies sobre la tierra y caminar como ordena la Ley, un paso detrás de la Libertad.

Yo solo me basto para hacer mis propias obras porque he ejercitado y desarrollado mi Saber Hacer, pero para tener nueva inspiración, he de vaciarme de lo que ya sé, pues no recibirá mi alma la inspiración nueva, si no siembro lo que sé, como se ha de sembrar la semilla en la tierra preparada, si quieres verla crecer y dar sus frutos en el día de mañana.

Para poder enseñar lo que sé a quien necesita saber, he de dárselo a comer del modo que pueda comerlo, esto es sin atragantarlo, sin forzarlo. Por ello, si lo que he de enseñar, requiere aprender ciertos pasos, he de asegurarme que puedan aprender bien a dar el primer paso y los demás pasos, pues bastará un mal paso en la construcción de cualquier obra para echar a perder todos los pasos.

Si he tenido que aprender ciertas habilidades para saber hacer mis obras, y esto me ha llevado años de ejercicio, he de lograr el modo de enseñarlas en el menor tiempo, al mayor número de aprendices, de modo, que todos puedan disfrutar la libertad que a mí me da mi saber hacer. Y no me importa que puedan hacerme competencia porque, si les doy mi saber, es para poder ejercitarme yo, en un saber mayor.

Para conseguir todo esto, hay que crear una empresa, con tantos departamentos como habilidades requiere el aprendizaje, en cada departamento un aprendiz aprenderá a dar uno de los pasos necesarios para lograr al final de todos los pasos un producto terminado.

Si para hacer mis obras yo sólo, necesito poseer diez habilidades determinadas, puedo enseñar una habilidad diferente a diez aprendices, y siguiendo la Ley y el Orden debidos, cada uno podrá ser maestro y alumno de los demás. Al cabo de un tiempo, habrá diez artistas, listos para vaciarse en aprendices más jóvenes, para dar ellos, otro paso en un nuevo aprendizaje, que al mayor toca procurar que no les falte. Pues no le faltará su fuerza ni su inspiración al mayor que inspira y fortalece al menor.

Yo no vengo para haceros más ricos en dinero, sino en Libertad y la Libertad no se fabrica como el dinero. La Libertad, como el Amor, como las patatas y todo lo que es verdadero, para tenerlos, hay que sembrarlos primero.

Y el que no siembra bien el amor, las patatas o el saber, perderá su amor, sus patatas y su saber.

Y no se te ocurra sembrar ni en la tierra más fértil ni en la pobreza más necesitada, ¡el dinero! porque no crecerá sobre ellas nada que sea verdadero.


Con este consejo dio el Escriba por terminada su respuesta a mi inocente cuestión sobre el dinero y el arte.




El "ORGANIGRAMA: Saber Hacer"...




...procede del libro EL DIARIO DEL ESCRIBA. que consta de 2 partes:

- la 1ª trata de la lucha entre él y el Gobierno de turno, para erradicar la pobreza
y cómo fue "ilegalizado" El Escriba a los ojos del propio Gobierno.

- la 2ª trata de cómo crear riqueza desde la "basura",
como respuesta y solución a los problemas y dificultades planteados
en la 1ª parte del libro.


Descárgate el libro en español aquí: