1ª ENTREVISTA AL
ESCRIBA - 1ª Pregunta y Respuesta
Alfredo:
Este
libro tan difícil de resumir o sintetizar, porque en él todas las palabras
están medidas, todas tienen su lugar y función precisas… ¿es producto de una
revelación?
¿En
qué circunstancias lo escribiste?...
El Escriba:
Más
que un libro revelado, es un libro razonado, para hacer reflexionar a la
especie humana acerca de su origen y su destino.
No
es un libro dirigido a las almas jóvenes sedientas de sensaciones, emociones e
ideales, es un libro dirigido a las almas más viejas, cansadas, agotadas y
sedientas de tanto buscar la Verdad con mayúsculas, confundidas por la falta de
sentido común que reina en la Humanidad, por su falta de coherencia, alejándose
cada vez más de la naturaleza y las leyes que rigen su perfecta armonía,
construyendo paraísos artificiales tratando de dar un sentido ideal a sus
vidas, que se ven finalmente frustradas por el dolor, la vejez y la muerte.
No,
no es un libro revelado o canalizado, lo escribí por propia voluntad, a razón
de 8 horas diarias durante unos meses. Comprendo que te resulte difícil
resumirlo porque la sabiduría, y este es libro de sabiduría, es ya en sí un
resumen, una síntesis del conocimiento verdadero, mi propia síntesis de la
verdad.
Mi
propia búsqueda, toda una vida dedicada a la reflexión y a la comprobación.
En
realidad, me siento un simple cultivador y de igual modo que al cultivador de
trigo no suele faltarle trigo sembrando todos los años, yo he cultivado la
sabiduría y con cada cosecha me enriquezco más y más.
He
comprobado una y otra vez, a lo largo de los años, que enseñando lo que sé, a
quien necesita saber, cosecho en mi interior un saber mayor. Pero que conste
que esto hay que hacerlo con el mayor desinterés, porque quien siembra trigo
tan sólo cuando le pagan un jornal no puede sentirse dueño de la cosecha.
Como
hay que entregar semillas de trigo a la tierra para cosechar más trigo, igual
rige la ley para tener conocimiento y saber. Hay que vaciarse en la necesidad
del prójimo para verse lleno de nuevo.
De
modo que, para que no nos falte inspiración propia hay que enseñar al que sabe
menos que nosotros. Igual si queremos Amor, hay que empezar por sembrarlo
haciendo felices a los demás. Nadie puede tener cosecha propia si no comienza
por la siembra propia.
¡Hay que vaciarse para poder llenarse!
Es la LEY, con mayúsculas.
Fin de la respuesta.
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